Saturday, April 2, 2011

ANSIEDAD. ( 7).-

En Enero del año 2005 el Gobierno chileno dictó una Ley laboral mediante la cual la jornada de trabajo se rebajaba de 48 a 45 horas semanales. Lo que podía interpretarse como nueve horas oficiales por día. Esta Ley solo acercaba a Chile al concierto de los países con horarios justos y reivindicados durante siglos de historia proletaria. Por tanto trabajar los sábados en lo adelante equivalía a ocho horas extras pagadas como tal. Y no trabajarlos significaba que podía ponerme al día con las novedosas ofertas de la Tevé Cable e Internet. Ambas maravillas de la información visual desbancaron ideas preconcebidas en todos los ámbitos y lo que siempre fue romanticismo adquirido en la infancia a través del papel impreso y de la radio se convirtió en la rutina de la antinovedad. En cada  dimensión era posible tener acceso a toda geografía universal imaginada y a todos los rostros "sin maquillajes" de las personas que creíamos perfectas. Internet y Televisión Cable constituyeron un salto cuantitativo  pero a la vez fueron decepción visual en los trasbastidores de lo cualitativo. Sin embargo debo admitir que jamás pude pasarla sin ambas. Y ello no es una paradoja.
Casi cinco años después de salir de Cuba apenas podía llamar por teléfono a mi hermana. Los costos   por minuto eran abusivos, las líneas se caían constantemente y en la urgencia de tocar los temas mas importantes el tiempo se esfumaba como el agua entre los dedos. Dos veces había enviado remesas el primer año de mi llegada. La primera estuvo conformada por parte de lo que me había quedado de los 100 us en el Aeropuerto mas otra del primer salario en Kalin Ltada y buscaba garantizar alimentos nutritivos a mi madre. La segunda incluyó dos o tres detalles materiales, entre los cuales destacaba una gran toalla playera que mi mamá luciría, orgullosa, en las tardes de invierno, hasta los últimos minutos  de su vida. Después de su muerte me fue imposible pasarles nada más. Pero afortunadamente, mi hermana trabajaba en un excelente empleo, muy bien renumerado,  y aunque criaba a un niño  como madre separada le iba - me aseguraba - relativamente bien.
Mis contactos vía Internet con Cuba habían comenzado desde los primeros días de mi arribo a Chile. Recibía y contestaba mails desde la computadora de la Señora Invitante e incluso me los dictaba por teléfono y yo contestaba de la misma manera. Entre los destinatarios estaba un amigo periodista de la Emisora de mi ciudad (1) y el amigo Profesor universitario que me había dado las veintitantas direcciones para contactos en Santiago. También algunos familiares y amigos de Miami. Incluso un primo que estaba trabajando en Viet Nam como "misionero" del Estado cubano(2).  De una u otra manera cada quien ayudó para que pudiera mantener el contacto con mi hermana en Cuba. Me comunicaba, bastante, además,  por teléfono, con algunas personas allegadas en Estados Unidos y en una oportunidad realizamos un tri way Santiago- Miami- Caibarién para poder hablar con mi hermana y con los parientes. En otra imprimieron mis cartas y fotos y se las llevaron y trajeron de vuelta las suyas. Durante los tres primeros años siempre hubo personas en Santiago que llevaron y trajeron correspondencia a y desde Cuba. El contacto con el primo "dadivoso" fue estable e incluyó envíos de fotos y material cultural relacionado con el cantante Rapahel Martos, ídolo familiar desde que el primo mayor fallecido nos inculcó el amor por la Voz del Niño de Linares. Recuerdo las fotos que me envió mi hermana a través del correo electrónico de un amigo de Miami(3) que había estado en Cuba y realizado las tomas a petición mía. Era la época de su separación del padre del niño y lucía tan avejentada y destruida que tuve que remirar las otras fotos del hijo varias veces para poder sortear el dolor que me producía su soledad múltiple. Las otras fotos del chico lo mostraban creciendo y en diferentes poses, inocente y feliz. Ahora el muchacho se enseñaba delgado y triste, en los brazos de una mujer con los senos caídos, sonriéndole a la cámara con una mueca forzada de desolación proverbial. Había terminado por mirar otra vez la foto en que están los tres, ligeros de alegría, y evoqué el instante en que le habia dicho por teléfono al marido, en tono de amenaza cómplice, "quiero que la cuides". Fuera de mis tres primas, qué conoces, y alguna amistad ocasional, aquí no viene nadie y me la tengo que aguantar sola, me decía.(4).
Mis viajes por Chile pasaban por los excelentes documentales de Canal 13 y de TVN. Y por casi todos los diarios y revistas editados en el país que ahora me llegaban desde los estantes de la cocina comedor donde eran conservados por la Señora de la Casa después  de que alguien se los enviara para secar ollas y limpiar utencilios sucios. Comencé a recortar textos importantes y cuando tuve que eliminarlos años después tenía una colección magnífica de eventos históricos nacionales en files ordenados por temáticas. Sin embargo mi conocimiento real del país estaba ceñido a un "volantín" de espacios muy poco alejado de Santiago de Chile.  Dos o tres visitas a la ciudad de San Fernando, Sexta Región, donde vivía la famila de la Poetisa Irreverente. Una visita a la ciudad de Los Andes, Quinta Región, a donde fui invitado por el director del periódico electrónico Losandesonline.cl, Gabriel Narbona, para que conociera la redacción y para que me hiciera la foto de presentación de mis "comentarios diferentes" en los tiempos en que pensaba que, al fin, el periodismo habría de significar mi manera de vivir y el summum de la vocación hecha realidad. A través de la hija de la Señora Invitante- adicta a la Red- había conocido a este personaje de la Prensa de provincias en un Pub de Alameda Sur. Escribí unos meses para él y publiqué unos pocos cronintarios sin renumeración - avisado - hasta que otros motivos me alejaron del periodismo virtual. Un tour "comercial" con mi ex Jefe en Kalín Ltada-cuando ya no era parte del Triunvirato- que abarcó desde Papudo hasta Maintencillo en Quinta Región por la carretera de la Costa, sus playas hermosas y los acantilados soberbios.(5). Y ciertamente varios viajes a la casa de Palma Nitelli en la playa de San Sebastián  y sus aguas aledañas que alguna vez nos llevarían a la Casa de Pablo Neruda en Isla Negra. Visitar la casa de un amigo chileno en los campos de Buin(6) así como la de otro en Pirke(7) siempre lo he considerado como un paseo por la Región Metropolitana.
Mi esguinze en el pie derecho fue muy bien diagnosticado pero pésimamente medicado. De nada sirvieron tabletas calmantes ni cintas elásticas. No se me iba el dolor intenso y cuando quise regresar al trabajo apenas duré una semana. Cojeaba constantemente y no podía plantar el pie. Había subestimado el golpe y solo acudí al médico una semana después. De modo que "ya no podía" ser atendido en el Hospital de Trabajador, cerca de mi casa, pues para ello debí acudir "el mismo día del accidente". No obstante  tenía inscripción en una Clínica de Providencia, también muy cerca de la pieza, en donde las atenciones gratuitas fueron excelentes. Se trataba de una Clínica Comunitaria  que valoró muy bien mis ingresos  previsionales en Fonasa. Solo cuando una doctora jovencita decidió hacer cobertura quinesiológica en la garganta de mi pie el esguinze se perdió y pude regresar al fin al trabajo. Cada licencia médica me fue pagada en tiempo y forma de acuerdo al promedio salarial y en verdad puedo asegurar que para nada extrañé las atenciones cubanas en materia de salud. Pero tomé tanta pastilla en los momentos de dolores irresistibles- indicadas, pero sin respetar "cantidad" ni observar las contraindicaciones- que durante mucho tiempo sentí dolores ligeros en la parte derecha del estómago y temí por una úlcera. Nunca olvidaré las atenciones brindadas por Palma Nitelli en mi pieza durante mi convalecencia.
El último Plan colapsado en relación con mi salida a los Estados Unidos y la situación pésima en la que estaba viviendo en Santiago de Chile me hicieron replantearme el presente. No podía volver a Cuba y era imposible seguir a los Estados Unidos. No tenía un centavo y estaba pasando hambre. Es verdad que salía con alguna chica y que la Poetisa Irreverente copaba parte de mi tiempo pero jamás me atreví a establecer un compromiso serio. Sabía cual habría de ser mi destino alguna vez y nada podía competir contra ese sueño. Sin embargo era ilusorio continuar con aquella vida de ermitaño. De modo que hablé en silencio con mi Jefe en Corona y le pedí que me resolviera horas extras "adicionales". También conversé con mi Jefe Inmediato Superior. Tal vez no haya sido por sus intervenciones "providenciales" pero el over time se disparó. Gané un poco más. Adquirí objetos  nuevos y baratos o de uso con calidad. Así que mi pieza fue recibiendo cedeteras, equipos de música, DVD, cocina de gas con dos hornillas y su balón, música grabada por la izquierda, batidoras y planchas eléctricas, nuevas poleras de las tiendas "europeas y americanas", jeans de paquete y de uso, zapatillas y zapatos de mayor rango. Encargué un celular Nokia de uso a mi amigo el "yerno" y adquirí una cámara fotográfica stándar Canon Vivitar. Y por vez primera comencé a comprar y a cocinar arroz y a preparar carnes en caldo. Lo que podía conseguir con la misma luca de las "chucherías" de antes. Amortigué el hambre y respiré mejor. Teniendo en cuenta que mi hermana me  seguia asegurando que le iba muy bien "para como estaba la situación cubana" y que hasta había insinuado que podía enviarme algunos dólares, pues llegué a comparar mi status con el suyo y creí que "ibamos parejos". Lo que compensaba un poco la imposibilidad de mandarle ningún tipo de ayuda. Por supuesto que yo le creía.
Evidentemente engordé unos kilos pero no estaba feliz. Acabando el 2005 regresaron los dolores en el pie, con menos intencidad pero me costaba caminar. Cojeaba otra vez y al parecer no pude evitar que se dieran cuenta los Jefes de la Tienda. No volví al médico. Una tarde mi Jefe Inmediato me llamó para decirme que era muy notable mi dificultad para seguir realizando un trabajo que requería mucho movimiento y que habían decidido "moverme" a la zona de descarga de camiones rampla por "ahora". De modo que mi vieja traspaleta fue tomada por un muchacho al que había enseñado y que parecía muy buen relevo. Quien siempre había recibido el batón ahora lo entregaba.
Descargar camiones rampla era un trabajo in situ, realizado entre varios trabajadores, pero era una pega fuerte. Podía hacerlo, sin embargo, y en verdad apenas me dolía el pie ahora y mi fuerza no había perdido su capacidad animal. Pero estaba choqueado. No me había gustado ni un ápice ese cambio brusco para alguien tan admirado y respetado en la Tienda. Pensé que podían haber encontrado alguna otra opción. Conversé con el Jefe de Control de Calidad para que tratara de moverme a esa Sección desglozada de Producción unos meses antes. Prometió ver "qué podía hacer". Tenía acumuladas vacaciones y podía disponer de una semana de las tres garantizadas por Ley al año. Solo quería salirme de Corona para siempre. Dos años era demasiado. Le dije a mi Jefe que me las solicitara. Todavía no tenía Jefe nuevo en la Sección Descargas. Mi Jefe lo hizo rápido porque nos teníanos cierta amistad y le dije que no pensaba volver. Quería pensar que fue una decisión tomada después de analizar mi trabajo en cámara y no una zancadilla motivada por asuntos ajenos a mi estado físico. Porque la volubilidad de la idiosincracia nacional era capaz de todo. En Abril del año 2006 salí de vacaciones. Me tendí una tarde en la cama para estar bien claro de lo que quería hacer. Tenía un proyecto futuro pero aún estaba en ciernes. Recuerdo que me pregunté "y ahorá qué". Quedé "endeudado" hasta el cuello con una chica de la Tienda. Pero esa es otra historia.
Noche de ronda.

(1).
Ibrahim Rojas González. En el 2016 todavía hace su trabajo allí.
(2). Pedro Luis González Alfaro.
(3). Onel Vega Chaviano. Actualmente vive en la ciudad de Homestead, sur de Miami.
(4). Mi madre me diría lo mismo en sus cartas. Se trata de Aleida Fumero, Guercy Martínez y Marlenys González. No creo que la gente que apreciaba a mi familia se hubieran alejado de la casa por nada especial. Sencillamente ya yo no estaba y ahora no había motivos para visitarlos tan a menudo. Ella no trataría con la intencidad de antes los temas que nos hacían estar horas completas discutiendo y debatiendo. Sobre todo de deportes. Mi hermana lucía en las fotos una mezcla extraña de los rostros de mi padre y de mi madre y había una tristeza en ellas casi infrahumana. Recuerdo que había una foto donde está con su marido, de pie, luciendo su gran barriga terminal. Y un pie "ves, a mí también me gustan los jóvenes". Su marido tenía un hijo de otra relación - prima lejana de nosotros por la parte Fumero - y trabajaba con ella en la Reparadora Ferroviaria Coches y Karahatas. Un día la Empresa lo envió a Provincia - Santa Clara - a pasar un Curso. Allí se enamoró de una mujer negra....Les conocería durante mi primer viaje a Cuba en el año 2012. El día del cumpleaños 8 de Elyrrá. Estvimos en su casa de la playa y nos acompañaron hasta las aguas prostituidas porque el local que se había alquilado para celebrar el cumpleaños no pudo atendernos.Tenían un bebé y mi hermana andaba acompañada de un amigo íntimo llamado Rolly al que yo conocía sobradamente bien....
(5). Sergio Cifuentes, hermano de Claudio "Chilentino" Cifuentes.
(6). Héctor Quintanilla.
(7). Diego Ocaranza.



Abril 2 del 2011.
Miami, USA.
Luis Eme Glez.

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