Sunday, March 27, 2011

LA ISLA. (1).-

Desde la adolescencia sabía que tendría que salir de mi país alguna vez. Y ello pasaba por sobre mi vocación contestataria. A lo que llamaba "horizontes amplios" en mi agenda mediática no tenía solución en un lugar con la filosofía decidida de antemano en el búnker omnipotente de Ciudad de La Habana. Sin embargo cada empeño había chocado con montones de valladares y en ocasiones llegué a pensar que si la Suerte o el Destino existían de verdad estaba siendo castigado sin contemplación. "Insistir" se convirtió en la palabra de orden desde cualquiera de los lugares en donde estuviera trabajando de manera "provisional" o "pagando errores" en el juego de los dogmas.
A fines del año 2000 la Sección de Intereses de los Estados Unidos (SINA) en La Habana me concedió una entrevista.(1). En Octubre del año siguiente fui denegado con una explicación escueta: no "aplica". Tenía la chance de "reclamar". No lo hice porque estaba "apurado". Un amigo me había dicho que tenía ciertos contactos mediante los cuales era posible salir a Chile a través de una Carta de Invitación.( 2). Me reuní con tales amarres en un pueblo de la provincia de Villa Clara de cuyo nombre sí quiero acordarme.(3). Me pareció razonable lo que me costaría sobre todo si se trataba de una acción "legal". Solo que no tenía el dinero. Ni para pagar la transacción ni para correr con los gastos internos. Lo olvidé sin olvidarlo.
Cuando muere una de mis tías políticas conversé largo y tendido con alguien muy cercano a mi familia en el velorio. Sabía quién era yo y lo que me estaba pasando. Su trabajo en la capital le daba acceso a moneda fuerte y en verdad no le iba nada mal. Me preguntó "cuánto necesitas". Se lo dije. "Lo tengo, solo pídemelo", respondió. Soy dueño de una rara manera de ser y siempre he preferido dar que recibir. Conocía que mi primo hablaba en serio. Pero también sabía lo que me costaría recordárselo si es que le tomaba la palabra y decidía jugarme la carta del turista forzado. Una noche le llamé. "Está oyendo la conversación, ven por la pasta". Viajé al otro día.(4).
El contacto de mi amigo era una chica que tenía al marido en Chile desde hacía un año y se había ido por la misma vía. Recuerdo que la primera vez que la contacté fui a su pueblo en bicicleta y lo haría mientras duraron las gestiones. Me dijo que la Carta de Invitación me costaría 300 us, que ella me cobraba otros 300 us por su gestión  porque debía "tocar" a mi amigo por ser el "puente". Solo pagaría cuando tuviera la Visa Chilena en mis manos. Pero las cuentas no me daban. Así que tuve que hacer de tripas corazón y mandar por un "completo" a Miami. Escogí a las personas más acequibles.(5). Me enviaron, en dos tandas, 180 us mas agregados de viaje  y 250 us casch. Con este remanente pude lograr que mi madre comiera bien el resto de mi estancia en Cuba. Y dejarle(s) algo para tratar de sortear un caos que todavía estaba siendo llamado Período Especial para tiempos de Paz aún cuando habían pasado casi doce años de la debacle del Campo Socialista.
Una ex compañera de trabajo me prestó su teléfono para hablar con Chile.(6). Siempre llamaban desde allá por lo oneroso de las llamadas desde la Isla a cualquier lugar del mundo. La Señora austral tenía una hermosa voz de dicción perfecta y me pareció que arrastraba las erres como si colocara la lengua en el cielo de la boca para pronunciar palabras con esa letra. Me pidió enviar su "plata" enseguida que tuviera el visado y que se encargaría de hacerme saber la manera.
Por motivos diversos la famosa Carta de Invitación no llegaba y dije a la contacto que lo olvidara. Ella no sabía qué había pasado con la "chilena". Comencé a desesperarme. De improviso había regresado a la latitud cero. Hasta que una mañana me tocan a la puerta antes del amanecer. La Carta acababa de llegar. Pero ella necesitaba los 300 us antes de la visa estampada. Se los di.
En lo adelante todo sería  rutina.Viajar al Consulado de Chile en Habana Occidental, llamar para saber si estaba  aprobado, esperar. Desesperar también. Como el año se acababa era posible que las autoridades consulares salieran de vacaciones e incluso que los feriados se empataran con Abril y la liturgia de la Semana Santa. Debo haber llamado mas de cien veces. Desde un teléfono "oficialista" porque solo estaba inquiriendo por una visa "de turista".(7). Siempre la respuesta eco: "sin novedad". La Señora aseguraba por teléfono que en Santiago le decían que mi visa estaba aprobada. La chica contacto me llamaba o venía por casa para sugerirme calma hasta que se cansó y me devolvió el dinero. Porque era una mujer de ley a la que yo siempre devolvía a la Terminal en la parrilla de mi pobre bicicleta, degustando el suave perfume de un cuerpo espectacular. Parecía que el Destino nos ponía a prueba. Para cada acción sin esperanza solo quedaba esperar una buena acción de respuesta rápida.
La visa fue aprobada al fin. Compré un pasaje en poco mas de 500 us para volar por una sucursal barata de Cubana de Aviación porque Lan Chile y Copa cobraban una fortuna por boleto en la Clase que fuera. Los papeles" interiores" salieron rápido. Entiéndase chequeo médico, fotos y pasaporte, Carta de Liberación - Carta Blanca - y  otros detalles. El resto del tiempo incluyó despedidas, adquirir lo esencial para viajar, aceptar regalos y llevar golosinas de agradecimiento o presentes para ciudadanos chilenos.
Tenía un amigo profesional de las Humanidades de la época del Preuniversitario que había estado casi un año en Chile.(8). Fue de visita, invitado por Académicos, y se había quedado dando Conferencias y haciendo clases en algunas Universidades. Me dio como treinta direcciones y teléfonos de sus amistades allá, me habló bastante de cómo era Chile pero olvidó detallar la idiosincracia del ser humano chileno. Aunque mi viaje a Chile era de "escala" hacia Estados Unidos, pensaba tratar de conseguir algún trabajo profesional, adquirir el dinero necesario e incluso regresar a Cuba de visita si no podía seguir con la premura que deseaba. Mi título universitario y mis "profesiones" vaciadas en mis Récords parecían ser aval suficiente para las autoridades de un país que "hablaba" español y donde se aseguraba "morían" por contratar a cubanos profesionales venidos de una "potencia médica y pedagógica". Y daba la impresión de que podía contar con "palancas" de peso completo. Todavía la palabra "pituto" me sonaba a esposa llamando a sus gallinas "sacadas" a cenar arrollón de maíz.
Regalé gran parte de mi Biblioteca Variada y toda la que incluía Historia Universal a un amigo colega (9) y dejé en casa las cosas que me atrevo a llamar Archivo y que me gustaría hojear alguna vez cuando el cuerpo y el alma se amariden para la última etapa.( 10 ).
Mi madre tenía 80 años y fuera de las secuelas de algunas operaciones estaba bastante bien. Sabía que podía ocurrir que no la viera jamás pero no quería pensar en ello y me parecía que todavía duraría algunos años. De todas formas la señora de la casa de al lado me había dicho que le dijo "sé que es la última vez que lo veré". Me despedí con urgencia y todavía la recuerdo, ausente, en el portal de la casa, como si no creyera lo que estaba pasando. Salí destrozado. Pero tuve que aceptar que no solo se hace de tripas corazón cuando hay que enfrentar algo que resultará determinante para conseguir objetivos.
Estuve unos cuatro días en La Habana en la casa del primo dadivoso. Me despedí del resto de la familia. Recuerdo a la hija de una prima diciéndome "te vas a morir de hambre en Chile, mi papá estuvo como cuatro años allá". Le dije que no me iba por asuntos  de estómago vacío pero tomé nota de sus palabras. Debo decir que durante mi viaje a la Capital para comprar los boletos de avión llevé los 300 us de la señora chilena. Una chica cubana del pueblo capitalino de Regla estaba de visita en Cuba y le hizo el favor. 300 us era muy poco dinero, incluso para la época, en Chile. Recuerdo que una madre negra le mandó una cafetera y unas cartas a un hijo que tenía en Santiago y que también era una "gestión" de la señora.
Mi primo me llevó en su Lada 1600 enchulado al Aeropuerto. Nos acompañaban su hija y su hermana. Como el vuelo se estaba postergando demasiado se marcharon. Me quedé solo. Como un pobre perro en una ruleta de Las Vegas. Mi prótesis parcial superior era muy joven y fabricada de urgencia y apenas podía soportarla. Me la saqué.
En la nueva Terminal del Aeropuerto de Rancho Boyeros esperaba  hipnotizado. Me iba para donde no quería. No podía olvidar a mi madre. Ni a mi padre, fallecido 16 años antes, el hombre que comenzó a inculcarme mi gen contestatario y fabulador. Mi hermana era muy joven y ya se sabe que la juventud es el único estado milagroso del ser humano.
Tras los trámites burocráticos pasamos a la Sala de Espera. Solo para oír que el vuelo con destino a Santiago de Chile "seguía demorado". Casi anochecía y llevábamos como tres horas de atraso. Me saqué la prótesis y me senté en una hilera de asientos vacíos.Hasta que una pareja se acercó y me hizo compañía. La chica me preguntó algo. Previendo que trataba de iniciar una conversación giré a la izquierda, metí la mano en mi bolsillo y me coloqué la prótesis. Tenía razón. Porque la pareja se moría por hablar de cualquier cosa. Aunque yo me muriera de tantas otras. Era el cuatro de Marzo del año 2001.
Aunque tú me has echado en el abandono.

(1). 
Mi largo rosario de "expulsiones" por "motivos ideológicos" nunca habían acabado en un Juicio Legal, de modo que mis condenas eran "al ostracismo más brutal" y al intento de sumirme en el olvido. Apenas poseía algún documento incriminatorio. De modo que tuve que "preparar" un "expediente de urgencia" para ver si podía "engañar" a las autoridades yankis de Inmigración. Me ayudó mi amiga Alina Vázquez Curdi, a la sazón ex Directora del Museo Municipal de Caibarién y conocedora de los verdaderos motivos de mi separación del cargo de Técnico de Museología. Alina solo rubricó la verdad que había quedado en palabras oficialistas. Alina era una mujer sin pelos en la lengua y no estaba coaccionada por un apellido materno que la vinculaba a las esencias primeras de la Revolución de Fidel Castro. En el 2012 alguien me dijo que vivía en La Habana y que trabajaba en asuntos de Radiodifusión. Evidentemente la señora de SINA que atendió mi Caso no mordió el anzuelo apenas cebado que le tendí.
(2).
Noel Gómez. Noel se acogió a la Ley de la Memoria Histórica que promulgó Madrid y consiguió un Pasaporte Español. Vivió con su mujer y sus dos hijos algunos años en Islas Canarias. No le fue bien y regresó a Cuba. Acaba de Acogerse a la Ley de Ajuste Cubano en Miami. Su esposa e hijos permanecen en Cuba. Otro de los clásicos "inicios desde cero" que protagonizan millones de ciudadanos cubanos en todo el mundo.
(3).
Vueltas.
(4).
Luis Enrique Siverio González. Jubilado y ex técnico de audio del Museo de la Revolución. Casado, con una hija Licenciada en Química. Hace tres años visitó Miami a través de una Carta de Invitación de un familiar cercano a su mujer, jubilada también y Licenciada en Historia.
(5).
Mi primo hermano materno, Felipe Fumero y mi primo hermano paterno, Carlos Rodríguez, respectivamente.
(6).
Alina Vázquez Curdi.
(7).
El de mi hermana, en la sede del Sindicato Municipal.
(8).
Andrés Lora Bombino, residente en la ciudad "conurbada" de Remedios. Licenciado en Literatura y Español, Perfil Pedagógico, conferencista, profesor de la Universidad Central de Villa Clara y gran conocedor de la vida y de la obra de José Martí.
(9).
Eduardo Novoa. Licenciado en Historia y Profesor Universitario.
(10).
Un aguacero que duró varias horas metió el agua de lluvia en la casa de mi hermana y mientras ella - asegura - trataba de salvar cosas materiales irrecuperables, mi Biblioteca (y los manuscritos) se fueron - todos - a bolina. Sin comentarios.


.


Marzo 27 del 2011.
Miami, USA.
Luis Eme Glez.

1 comment:

  1. Aqui estoy de nuevo y voy a decir algo sobre este lindo librito de cronicas con mucha poesia e imaginacion y muchos conocimientos sobre los lugares por donde pasaste o visitaste. Debo admitir que me senti atrapada como en esas telenovelas por capitulos: sabia que tenias que llegar a EEUU y no pude parar. Cuentas titulares:cuenta los detalles y sera una novela de misterios. Me encanto el estilo.
    Ahora bien, debes tener cuidado con la ortografia cuando editas. Algo pasa que salen errores. Te considero, querido. Ya estas aqui.

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